jueves, 5 de diciembre de 2013

Ella no jugaba a cortarse las venas, a ella le gustaba llorar... Lágrimas sembraban sus mejillas al alba, cualquier momento era bueno para dejarse vencer por el miedo y la desesperación. Le gustaba jugar al escondite con la felicidad, muecas en su rostro imitando sonrisas, un corazón que se rompía cada día un poquito mas, y mas y mas... Había tocado fondo, conocía esa sensación. Se sentía perdida, sola, vacía, en un mundo que no era el suyo, se encontraba lejos... Sabía tan bien disimular. O eso o no conocían esa maldita sensación de desgarrarse por dentro, de sentirse al borde de un puto precipicio del que no se podía salir sin resultar herida. Que digo, si ya estaba herida de por vida. Llevaba la maca de la pena grabada a fuego.

Si se pudiera morir de pena, ella ya lo habría hecho. 

domingo, 10 de noviembre de 2013

Fue entrar por la puerta y ponerse a llorar. Una oleada repentina de emociones que, sin venir a cuento, la golpeó como el mas funesto de los desastres, eliminando cada una de las barreras que año tras año ponía entorno a su piel. Sentimientos de dolor, de soledad, de tristeza... Echaba de menos ser feliz. Echaba de menos compartir su vida con personas que años atrás habían sido los pilares mas importantes de su vida. Todo cambia, todo pasa, ¿y el dolor? El dolor sigue ahí, recordándote lo que tuviste y nunca tendrás. Una jodida familia. Ansiaba despertar y tener un "buenos días", ansiaba que le preguntaran "¿como ha ido el día?, un beso sin venir a cuento, una palmadita en la espalda, "te quiero..."
Tenía tantísimo dolor en su interior, tenía tantísimo amor para dar, tanto cariño para regalar... Necesitaba sentirse querida, sentirse especial, indispensable, irreemplazable... Un día estás arriba y al siguiente te encuentras llorando sin ninguna razón aparente, en la soledad de tu vida, a la espera de que alguien te pregunte si todo va bien, aún a sabiendas de que a nadie le importa, de que nadie lo nota, de que por mucho que tengas personas a tu alrededor en el fondo solo estás tú. Estoy tan jodidamente harta de dar sin recibir...

jueves, 7 de noviembre de 2013

Me faltan palabras para expresar lo que te quiero.

“Quiéreme, quiéreme hasta que duela... Prométeme que nada cambiará, que soy solo yo y que nunca habrá nadie más.”
Y  aquí  estoy, una noche mas, delante de un folio en blanco intentando plasmar cada ventrículo de mi intrincado corazón. ¿Uno más uno son dos…?

No me canso de rellenar mi álbum de recuerdos, de miradas, de sonrisas sin “Porque”, de besos a las tantas de un viernes cualquiera, de caricias perdidas entre las sábanas de tu cuerpo… Insaciable realidad, insaciable mi maldito corazón que nunca se cansa de ti, que nunca se cansa de perder horas soñando con un mañana en el que tú y yo seremos los protagonistas de este peculiar libro llamado “Nuestra vida juntos”.
¿Perfección? No… Que le den a la perfección. Me enamoré de tus defectos un siete de agosto. Me enamoré de tu pelo castaño y tus ojos color otoño. Me enamoré de tu risa haciéndome cosquillas en la nuca, de tu voz al susurrarme “te quiero” cuando todo, absolutamente todo falló.  Me enamoré de tu boca buscando mi boca, de tu cara de bobo y de tu forma de hacer que me flaqueen las piernas y me cosquillee el estómago cuando te veo aparecer… Me aprendí cada curva de tu cuerpo, cada lunar, cada peca, cada gesto, cada abrazo, cada paso mal dado, cada piedra en el camino, cada palabra demasiado alta, cada susurro inaudible…


Me aprendí tu forma de ser, y aun así sigo cayendo en los mismos errores, en cada equivocación. “El ser humano es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra”. Tiene razón, tropezaré una y otra y otra vez… Pero siempre estaré ahí, comiéndome mi orgullo y tragándome mis jodidas palabras, siempre estaré cuando todo falle, cuando el jodido mundo se hunda, estaré para reír, y para llorar, en lo bueno y en lo malo, en la salud y en la enfermedad… Hasta que la muerte nos separe. 

martes, 3 de septiembre de 2013

—¿Por  qué,  Jude?  ¿Por  qué  tienes  tan  y  tan  claro  que  yo necesito lo mejor? —pregunté, inclinándome hacia delante. 
Él alzó un hombro y bajó la mirada.
—Porque… Luce, porque eres la persona más importante de mi vida.
Esa fue la gota que colmó el vaso. No conseguí contener las malditas lágrimas. 
—No merezco que pienses eso de mí —respondí, jugueteando con la manga de mi blusón.
—¿Por qué? —preguntó, y me alzó la barbilla—. ¿Porque por fin has aceptado que soy un cáncer y te sientes culpable?
Lo miré con ojos centelleantes.
—No.
—Entonces, ¿por qué? —preguntó, sin una pizca de hostilidad en la voz, tan solo curiosidad.
—Porque tú y yo arrastramos un pasado demasiado triste para tener un buen futuro juntos.
Y justo en ese momento escuchó un "crash" proveniente de lo mas profundo de su ser. Todas las dudas, todos los miedos, todos los temores que tanto tiempo había conseguido guardar en aquella pequeñita y frágil caja de cristal salieron a la luz, desatando mil emociones y un mar incalculable de lágrimas sin control. Estaba claro que ella no estaba hecha para querer. Cometía errores que no dejaba de cometer. Ella quería mas, mucho mas, y los demás no podían seguir su ritmo, lo cual únicamente llevaba a aquel inconfundible dolor que mas de una vez había acuñado a su sensible corazón... Soñaba con cerrar los ojos y desaparecer, soñaba con empezar de nuevo en quien sabe donde, soñaba con un mundo sin dolor, sin sentimientos, soñaba con ser libre, soñaba con chasquear los dedos para encontrar la solución.

Odiaba esa clase de dolor, aquel imposible de curar con pastillas, ese que por mucho que llores buscando desahogo sigue apretando, y al final lo único que puedes hacer es cerrar los ojos, secarte las lágrimas y poner buena cara a un mal día, mientras que por dentro te consumes hasta quedarte sin fuerzas...

miércoles, 28 de agosto de 2013

El tiempo pasa, las cosas cambian, las huellas en aquella playa se borrarán tratando de llevarse consigo los recuerdos de aquel verano, la tinta de tu piel se desgasta desafiando las palabras de tu madre "los tatuajes son para siempre". Las palabras se las lleva el viento, el viento cambia constantemente de lugar, el aire que respiras nunca es igual... "Mañana será otro día", otro día distinto de "ayer". Vivimos en constante cambio y sin embargo nos imponen "conservar" para sobrevivir. Conserva tu empleo, conserva tus amistades, conserva tu figura, conserva tu dignidad... Nunca me enseñaron a conservar, nunca me enseñaron a cuidar los "para siempre", nunca creí en los "para siempre" hasta que te conocí.
Una sonrisa, una mirada, un guiño travieso antes de marchar, tu pelo recién lavado, tu cuerpo cubierto de gotitas de agua, tú bajo la lluvia, tú bajo las sábanas, tú bajo la tenue luz de un amanecer junto a la playa, tú y tus palabras, tú y tus gestos de cariño que me matan y me atrapan desafiando cualquier posible regla del amor y la cordura. Tú y tus labios... Tú y tu jodida forma de besar, tú y tus caricias. Tú y solamente tú.
¿Quién dice qué no existen los "para siempres"?

sábado, 11 de mayo de 2013

"No llores, no llores, no llores..." me repito una y otra vez mientras mi cabeza no es capaz de darme un respiro. Lágrimas corren, cabeza gacha, boca torcida, mirada vacía. Otra vez. Pedí ayuda, di un paso y retrocedí dos. Quiero ser feliz, era feliz... Maldita agonía, maldita vida, maldita tristeza. Vete ¡Joder!, déjame de una puñetera vez... Déjame ser feliz.

domingo, 5 de mayo de 2013

Nadie sabe por lo que estoy pasando, nadie sabe el número de veces al día en que me imagino como podría acabar con todo esto, a nadie le he contado lo mucho que necesito que me rescaten de este puñetero pozo sin fondo. La angustia me consume, la rabia se agolpa en forma de grito, la desesperación emana de mi cuerpo en forma de lágrimas. Cuanto mas necesito de mis seres queridos menos apoyo recibo. Que casualidad que siempre que estoy por los suelos el único que me consuela es un tal silencio. Sería tan fácil mandarlo todo a la mierda, sería tan fácil dejar de sufrir... Si no me diera tanto miedo la muerte lo habría hecho hace mucho tiempo, en vez de eso gasto los días y pierdo la vida. El tiempo pasa, los años pesan y yo sigo en el mismo punto. No os hacéis una idea de lo jodido que es ésto... Os pensáis que son bajones, que no tengo razones para estar así, pero lo que realmente pasa es que con cada bajón me hundo un poco mas. Doy un paso y retrocedo dos. Nadie sabe como me siento, nadie puede ayudarme, nadie sabe como hacerlo, nadie sabe las ganas que tengo ahora mismo de mandarlo todo a la mierda, nadie sabe la de veces que he estado así en los últimos meses... No se que va a ser de mi, este puto año va a acabar conmigo y con la poca salud física y mental que me queda. 
Y si algún día decidiera saltar todos se preguntarían el  por qué lo hice. ¿Queréis saber su nombre? Se llama depresión

miércoles, 1 de mayo de 2013

-Te echo de menos.
+Pero si estoy a tu lado, ¡tonta!
-Puedes estar todo lo cerca que quieras pero yo te echo de menos aquí dentro, ¿lo oyes? Late por ti. Por tu puta sonrisa, por tus jodidos besos... Quiero que me quieras.
+Ya te quiero, te quiero demasiado.
-Quiero que me quieras mas, quiero que me quieras como yo te quiero a ti, quiero que duela, quiero que no puedas vivir sin mi, quiero que no dejes de pensar en mi ni un solo minuto al día, quiero ser tus buenos días y  darte tus mejores noches, quiero que me digas guapa aunque esté horrible, quiero que me beses sin si quiera parar a respirar, quiero que cuando me mires a los ojos sientas que son tu  jodida debilidad. Quiero que proclames a los cuatro vientos que soy el amor de tu vida, que tu corazón me pertenece y tus sonrisas tienen dueña. Quiero que me beses sin venir a cuento, que te inventes juegos estúpidos con la excusa de abrazarme.Quiero sentirme una princesa, quiero que cuando se me caiga el puto mundo encima tu estés ahí... 

Quiero poder creer que esto no tiene fecha de caducidad, quiero quererte para siempre.